A la hora de trabajar con herramientas, es preciso tener en cuenta una serie de consideraciones y precauciones que nos garanticen un uso óptimo y una ejecución segura. Hoy vamos a dedicar esta entrada para explicarte cómo usar una amoladora, una herramienta eléctrica muy útil por su versatilidad de uso.
Las amoladoras (también conocidas como radiales) son herramientas eléctricas que funcionan con un motor de pequeño tamaño que giran un disco a altas revoluciones. Suelen incluir un mando o empuñadura ajustable en el lateral para facilitar el agarre y la manipulación. Se utilizan para cortar, lijar y pulir diversos materiales.
Con las amoladoras se consiguen muy buenos resultados, ya que el acabado de los cortes es limpio y recto. Los trabajos que se pueden realizar son desde tareas de bricolaje hasta trabajos de nivel profesional.
Vamos a repasar a continuación sus posibilidades de uso y los materiales y superficies sobre los que se puede trabajar.
Dependiendo de la complejidad del trabajo, será necesario adquirir una amoladora o una miniamoladora, ideal para trabajos domésticos y disponible en versión de herramienta inalámbrica, que proporciona total libertad de movimiento.
También existe una gama amplia de amoladoras con motores de varias potencias. Antes de realizar tu compra, piensa en los trabajos para los que la vas a utilizar y consulta con tu proveedor, que siempre sabrá cómo orientarte en función de tus necesidades de uso.
En cuanto a los recambios, hay un repertorio muy diverso de discos con distintos diámetros. La elección de un tipo de disco u otro dependerá del material sobre el que vayas a aplicar la amoladora, ya que cada uno requiere un disco concreto, y posibilitará distintos usos de corte, lijado, tronzado o desbastado en casi todo tipo de materiales. Los más habituales son la piedra, la cerámica, el ladrillo, la cerámica y el granito.
Antes de ponerte a trabajar amoladoras, recuerda que son herramientas eléctricas de corte potente y que, por ello, será necesario extremar las precauciones con respecto a una herramienta manual.
No hay que manipular la amoladora con miedo, pero sí es necesario observar unas indicaciones básicas de seguridad.
Lo primero de todo es protegerse las manos y los ojos. Los discos de corte de la amoladora son muy afilados y, al entrar en contacto con superficies como el hierro o el metal, tenderán a echar chispas. Por ello, resulta fundamental equiparse adecuadamente con unos guantes de trabajo, unas gafas y una mascarilla.
Una vez colocado el equipamiento de protección, es recomendable acondicionar la zona de trabajo. Revisa y prepara los accesorios que vas a necesitar par comprobar que están en buen estado. Además, tenerlos a mano no solo te facilitará el trabajo, sino que evitará que tengas que moverte o desplazarte mucho y, así, se reducen posibles accidentes.
Recuerda también que debes utilizar los accesorios que correspondan a esta herramienta. Aunque las amoladoras guardan parecido con los taladros, es totalmente desaconsejable utilizar los accesorios de una para la otra. Sigue las indicaciones del fabricante y elige acorde los discos adecuados para cada material. Procura revisar también que no estén demasiado dañados.
Es importante recordar que la amoladora produce chispas, así que trabaja con ella lejos de materiales combustibles para evitar posibles incendios.
Acostúmbrate al peso y la ergonomía de la herramienta antes de ponerte a trabajar con ella. Realiza unas pasadas de práctica o comienza con trabajos sencillos antes de pasar a tareas más complejas.
Por último, si trabajas con amoladoras inalámbricas, podrás olvidarte de los cables pero, si no, procura mantener el cable alejado del disco mientras esté funcionando.
La ejecución con la amoladora, como mencionamos antes, no tiene por qué ser peligrosa. Al trabajar con ella ten siempre en mente que debes sujetarla con firmeza y que debes evitar colocarte en posturas forzadas, lugares de difícil acceso o superficies que puedan dificultar el equilibrio.
Bien, dicho esto, pasemos ahora a ver con más detalle los usos de la amoladora:
Consiste en eliminar material de manera superficial. Se trata de hacer microcortes horizontales para retirar una parte o la totalidad del material. Hay discos específicos para el desbastado, pero se puede conseguir una función parecida aplicando discos finos y colocando la máquina con una leve inclinación sobre el material.
Con esta herramienta eléctrica se pueden hacer cortes en materiales hechos de cerámica, como baldosas o azulejos.
Si en lugar de utilizar un disco de corte se sustituye el recambio por un cepillo especial, puedes retirar totalmente capas de óxido sobre superficies metálicas y pintura deteriorada.
Las amoladoras permiten sacar líneas rectas en muros de ladrillo, con lo que posteriormente se puede empotrar una instalación de cableado eléctrico.
Se pueden realizar trabajos de cerramientos cortando barras, vigas y chapas para, por ejemplo, construir verjas o puertas para garajes.
Entre el variado repertorio de accesorios para amoladoras, existen piezas en forma de corona para conseguir circunferencias perfectas en metal, hierro o madera.
Cuando hayas terminado de trabajar con la herramienta, lo primero que debes hacer es esperar a que el disco o el cepillo dejen de girar. A continuación, apoya la máquina en una superficie nivelada y, si has terminado de trabajar con ella, no olvides desconectarla de la corriente eléctrica.
Procura también limpiar las rejillas de ventilación. De esta manera, podrás evitar que el motor se sobrecaliente y se averíe.
Y, para terminar, unos pequeños consejos para optimizar el uso de la amoladora:
Bien, con este artículo esperamos haber resuelto dudas sobre cómo usar una amoladora. Antes de lanzarte a adquirir una, infórmate bien o consulta a tu proveedor para que te asesore acerca de cuál comprar de entre el catálogo de amoladoras que tenga disponible. ¡Déjate aconsejar solo por distribuidores oficiales y obtendrás las mejores herramientas eléctricas y resultados óptimos!